La UE, matrimonio de conveniencia

Cuando nació el Euro, todos los países celebraban  la llegada de un nuevo miembro a la familia (un hijo fraternal) de la UE, y la buena nueva era pregonada en los mercados internacionales como el nacimiento de un proyecto matrimonial consolidado, estable, y sin fisuras. Eran los tiempos del Tratado de Maastricht, cuando los países se esforzaban, para poder entrar en el Euro, por cumplir los requisitos de deficit público inferior al 3% sobre el PIB nacional, la deuda pública  inferior al 60% sobre el PIB e incluso la inflación inferior al 3% en tasa interanual .El contexto económico era estable y el nacimiento del euro fue un alumbramiento concebido por obra y gracia de la UE.

La realidad idílica del matrimonio europeo, fue resquebrajada con los acontecimientos que desde el 2008, vienen sucediendo, y los países que contrajeron nupcias con el euro, se sienten traicionados, ofendidos, unos,y cansados y hartos de salvar a los débiles, otros.  

La extrema debilidad de los países que no gestionaron sus niveles de deuda privada, hace que ahora estén asfixiados por las exigencias de los países más prudentes en la gestión de su deuda privada (Alemania a la cabeza), y para financiar a los países debilitados, los países poderosos de la unión monetaria, les exigen condiciones onerosas en un contexto turbulento como el actual.

Los países debilitados por su situación interna, tienen desavenencias con los patriarcas del euro y consideran su comportamiento, una falta de lealtad de sus cónyuges más pudientes , Alemania y secuaces.

Las diferencias matrimoniales han surgido con la convulsión y la inestabilidad.

La excesiva ambición de los países germanófilos (casi podríamos decir que es un comportamiento borracho, embriagador), puede poner en peligro el matrimonio, el euro, por no solidarizarse con las economías más debilitadas y lejos de eso, exigirles sacrificios por interés (tipo de interés) que los países débiles deben pagar a los países poderosos del euro, si quieren que a Alemania le siga siendo conveniente este matrimonio, ha sido la política seguida desde la UE. 

La solidaridad interterritorial, se ha convertido en solidaridad intranacional, a Alemania  le viene bien que España pague el 7% por su bono a 10 años, puesto que obtienen por sus activos financieros un interés del 6% superior al coste de sus pasivos financieros (apenas un 1% Alemania paga por su deuda nacional, por su fortaleza industrial, económica y Yo diría más por su filosofía económica).

Los países débiles exigen Eurobonos pero Alemania dice que nones, que a su solidaridad intranacional le viene mal : el egoísmo interno alemán respecto a la deuda de países socios del Euro es su política, sin percatarse del hundimiento secular a la que va a condenar a Europa con su política de panza llena a costa de los débiles de la UE. El matrimonio se resquebraja: imprudencia de unos países y egoísmo de otros son los dos ingredientes para la supervivencia inestable del euro.